MIKITO. EL PERRO TAXISTA DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES

Por Carlos Unterstein

Diariamente circulan por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires cientos de taxis que recorren los entramados de la urbe. Cientos de conductores que cuentan y escuchan las más variadas historias por parte de sus pasajeros. Pero ésta historia cuenta su propia historia.

Rubén Gonzalez y Mikito.

Rubén Gonzalez es taxista desde hace muchos años. El también recorre las calles de Buenos Aires trasladando gente de aquí para allá. Pero su realidad es algo distinta a la de los demás choferes por esas cosas de la vida. Desde hace tiempo, Rubén padece una cruel enfermedad en las vértebras. Está en tratamiento con destacados oncólogos del país que van llevando el tema día a día.

Rubén manifestó que «me sentía sólo y siempre buscaba alguien con quien compartir mis horas. Hace un tiempo, me llama un amigo y me dice que tenía un cachorrito para regalarme. No lo dudé ni un instante y adopté a ese cachorro que le puse por nombre Mikito. Tiene 6 meses y siempre está conmigo».

Mikito con el gorro que usa para «trabajar» con su dueño.

Pero Mikito no es simplemente una grata compañía en la vida de un hombre, como existen miles. Mikito «trabaja» con Rubén en el taxi. Siempre lo acompaña en sus viajes el turno completo.

«Mikito viaja conmigo durante todas las horas de trabajo en el taxi. Si llega a subir un pasajero que no tolera a los animales, simplemente le digo que el perro viaja conmigo y que si no le agrada, tome otro taxi» agregó Rubén. Y añadió: «A veces durante el recorrido por las noches porteñas paramos con Mikito en una plaza donde estiramos las piernas y él puede hacer sus necesidades».

Rubén y Mikito en el calor del hogar.

«Y en casa, Mikito tiene su lugar y come en la mesa conmigo. Tiene una silla y un plato y come como uno más de la familia en la mesa. Y si alguien viene a casa invitado por mí y no le gusta el perro en la mesa, simplemente le digo que acá priorizo al perro porque es mi amigo».

Rubén Gonzalez y Mikito, una historia tramada por el amor mutuo y el mundo de los taxis porteños.