EN ÉPOCAS DE PANDEMIA ABUNDAN LAS FAKE NEWS. ¿QUÉ SON Y COMO PREVENIRSE?

Por el Ingeniero en Sistemas Fabián Garófalo.

«Desinforma, que algo quedará»: las fakenews en el siglo XXI

Garófalo es ingeniero en sistemas y desarrolló tareas profesionales en el área de su incumbencia en la empresa Aeropuertos Argentina 2000.
Actualmente es uno de los máximos referentes en ciudades inteligentes y gobierno abierto de América latina.
Compartimos con usted, estimado lector, las reflexiones de Garófalo sobre el tema.

¿Qué son las Fake News?


Siempre han existido las noticias engañosas, pero a partir de la emergencia de Internet y de las nuevas tecnologías de información y comunicación (TIC), las fake news han proliferado a lo largo y ancho del planeta.

La primera “fake news”, de hecho, surgió con algo tan habitual como el rumor, mecanismo ancestral bajo el que subyacen dos resortes primarios, curiosidad y ambición. Mediante el rumor, convergen los intereses simultáneos del emisor y receptor. Ambos poseen una información supuestamente no conocida por los demás, y eso les concede un estatus especial frente al resto, que puede ser utilizado en su beneficio.

Este término es utilizado para conceptualizar la divulgación de noticias falsas que provocan un peligroso círculo de desinformación.

Las redes sociales permiten que los usuarios sean productores y consumidores de contenidos a la vez, y han facilitado la difusión de contenido engañoso, falso o fabricado. Así se genera un circuito vicioso, y una noticia falsa se replica miles de veces en cuestión de segundos.

Todo esto sucede en un contexto de posverdad, término definido por el diccionario de Oxford como la palabra del año en 2016 y se refiere a las circunstancias en que los hechos objetivos son menos importantes a la hora de modelar la opinión pública que las apelaciones a la emoción o a las creencias personales.

El periodismo de calidad y el derecho de los ciudadanos a informarse debidamente están sufriendo el impacto de este fenómeno que se vuelve cada vez más peligroso y que influye de distintas maneras en las prácticas democráticas.

Un ejemplo clave para explicar esto, es la campaña presidencial de Donald Trump en 2016. Su victoria como nuevo presidente de los Estados Unidos fue posible gracias al tratamiento de manipulación de verdad.

Según la web Politifact [1] el 70% de las declaraciones electorales de Trump eran bastante falsas, falsas o grandes mentiras.

Se afirma que la comunicación política sabe desde siempre que, entre racionalidad y emoción, predomina la emoción, y que la manipulación, las medias verdades o directamente las mentiras estratégicas hacen su juego para construir una base electoral o, peor aún, consolidar una idea política. El uso de las redes sociales para destruir la imagen pública de su oponente Hilary Clinton a partir de información falsa fue una de sus estrategias principales. A pesar de que luego se desmintiera, la información circulaba de una manera veloz, generando efectos negativos en la percepción social de la candidata.

¿Por qué se divulgan?

Con el emerger de las plataformas sociales se ha vuelto mucho más sencilla la divulgación de noticias engañosas. En principio, porque al pasar a una forma de comunicación networking, a diferencia del broadcasting, el intercambio de mensajes en red, permite que los usuarios sean además de consumidores, también productores de discursos que circulan y que muchas veces son falsos.

Y, en segundo lugar, estas plataformas utilizan un algoritmo que distribuye el contenido más relevante para cada usuario, logrando que la información que se le muestra a cada uno esté condicionada y filtrada.

Pero también hay algo a tener en cuenta y es que el flujo informativo en las redes sociales se actualiza constantemente no sólo por relevancia para el usuario sino también de acuerdo al alcance e interacciones que tiene el posteo, validando una noticia sólo por su nivel de difusión.

Por otro lado, los distintos intereses políticos, partidarios, o simplemente una confusión se vuelven motivos para que de una manera más frecuente se viralice un contenido engañoso.

La era de la posverdad

La Real Academia Española, definió a la posverdad, término que próximamente será incluido en el diccionario, como aquella información o aseveración que apela a las emociones, creencias o deseos del público en lugar de a hechos objetivos. Como mencionamos previamente, se establece que en la comunicación política predomina la emoción: manipulación, las medias verdades o las mentiras construyen una base electoral o una idea política.

Teniendo en cuenta la gravedad que puede llegar a implicar la difusión de fake news en la era en la que la emoción predomina frente a la verdad es importante aprender a reconocer una información errónea antes de divulgarla.

Tipos de información falsa

La organización First Draft [2] ha diferenciado siete tipos de contenido erróneo que puede circular:

1) Sátira o parodia: No pretende causar daño o engaño.

2) Contenido engañoso: Se trata del uso engañoso de la información para incriminar a alguien o algo.

3) Contenido impostor: Es el tipo de información que suplanta fuentes genuinas.

4) Contenido fabricado: Contenido nuevo que es predominantemente falso, diseñado especialmente para engañar y perjudicar.

5) Conexión falsa: Cuando los titulares, imágenes o leyendas no confirman el contenido.

6) Contexto falso: Cuando el contenido genuino se difunde con información de contexto falsa.

7) Contenido manipulado: Cuando información  o imágenes genuinas   se manipulan para engañar.

Las 8 P de la desinformación

Ahora bien, ¿quiénes y por qué se crea este tipo de contenido?

First Draft establece ocho “P”, motivos que ayudan a explicarlo:

1) Periodismo deficiente

2) Parodia

3) Provocación

4) Pasión

5) Partidismo

6) Provecho

7) Poder o influencia política

8) Propaganda

Cada uno de los tipos de mala información y contenido erróneo contiene alguna de las ocho “P” en su interior.

A continuación, se pueden observar algunos ejemplos de implementación de noticias falsas por parte de los gobiernos en el período electoral.

Fake News y periodismo militante y partidario en diferentes países

Lo más importante en los medios es el caso de Cambridge Analytica por el rol que tuvo la empresa en las últimas elecciones presidenciales de EE. UU. y su participación en el Brexit de Gran Bretaña, además de haber operado en otros países.

De acuerdo con datos del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG) [3] la compañía usó datos de perfiles de Facebook sin el consentimiento de los usuarios mediante un test de personalidad, que operó como disparador para poder recopilar alrededor de 50 millones de muestras que permitieran conocer perfiles políticos de votantes estadounidenses y, así, redireccionar las preferencias de éstos.

Estos perfiles fueron manipulados en favor de la campaña de Donald Trump mediante la creación de publicidad seccionada según cada perfil y creando fake news.

Debido a esto, la Fiscal de Massachusetts anunció que lanzaría una investigación.

El Senador Mark Warner mencionó la necesidad de que el Congreso mejore los controles de recolección de datos y de una ley para regular la publicidad política en internet.

CASO BRASIL: En 2017 la empresa abrió la filial CA-Ponte en Brasil de cara a las elecciones, la que está siendo investigada para saber si operó en Brasil. Andrés Torreta, directivo de CA-Ponte explicó a la BBC que aprovechaban la metodología usada por Cambridge Analytica y planeaban aplicar el uso del direccionamiento inteligente de mensajes políticos a Whatsapp empresa que pertenece a Facebook.

A raíz de lo anterior, un grupo de 24 medios de comunicación -entre los que se cuentan agencias de noticias, diarios, cadenas de televisión, radios y portales locales- se asociaron en un proyecto conjunto, al que bautizaron Comprova (del verbo «comprobar» en portugués) para combatir la desinformación electoral que invade Internet y las redes sociales. Con el mismo propósito, la Universidad Federal de Minas Gerais impulsó el proyecto «Eleição sem Fake» (Elecciones sin Fake), en el que participan politólogos y especialistas en tecnología digital.

CASO ARGENTINA: La cadena británica Channel 4 filtró información en la que se nombra a Argentina como uno de los países donde probablemente operó Cambridge Analytica. La Cámara Nacional Electoral (CNE) de Argentina, que forma parte del Poder Judicial, ha abierto una investigación para saber si estuvo involucrada en las elecciones argentinas.

CASO MÉXICO: En México también se alertó de la presencia de Cambridge Analytica Uno de los temas que ha generado debate desde 2012 es el uso constante de cuentas falsas en redes sociales, a lo que se le se suma el fenómeno de fake news. Desde entonces, se denuncia el uso de bots (cuentas falsas) y trolls (gente que usa las redes sociales para provocar o desviar la atención en un debate). Su actividad estaba enfocada a posicionar ciertas noticias o mensajes favorables a favor de un candidato, opacando y quitando de medios digitales aquellos tópicos y noticias en contra del candidato, o expresiones de descontento.

CASO UNION EUROPEA: Alemania aprobó este año una ley tendiente a eliminar y restringir las noticias falsas, la difamación y los mensajes de odio en las redes sociales, incluyendo multas a tales plataformas cuando no establezcan mecanismos eficaces de gestión, o bien cuando no se eliminen tales contenidos. En Francia, a instancias del presidente Emmanuel Macron, la Asamblea Nacional aprobó una norma que permitirá a un candidato o a un partido recurrir a un juez para frenar la difusión deliberada de «informaciones falsas» durante los tres meses precedentes a un escrutinio nacional. La ley habilita también a interrumpir la difusión de servicios de televisión controlados o influidos por un Estado extranjero e impone a las plataformas digitales una mayor transparencia durante el período electoral.

¿Cómo detectar Fake News?

FACT-CHECKING Chequeado.com, [4] tal como definen en su sitio web, es un medio digital sin fines de lucro argentino que se dedica a la verificación del discurso público y la promoción del acceso a la información y la apertura de datos. Mediante el chequeo de los dichos de políticos, economistas, empresarios, personas públicas, medios de comunicación y otras instituciones formadoras de opinión, los clasifican de “verdadero” a “falso” según su consistencia con los hechos y datos a los que se refieren. También tienen una sección llamada «Falso en las redes» dedicada a chequear las noticias que circulan en las redes sociales.

Con el objetivo de no caer en la trampa de las informaciones falsas y poder fortalecer un debate público y un periodismo más atento, Chequeado elaboró una lista de seis consejos para detectar desinformación y contenido pernicioso:

1. Desconfiar de los títulos grandes y en mayúsculas: Este tipo de titulares están diseñados para apelar a la emotividad y generar interés en redes sociales, ya que resaltan más en las actualizaciones de las redes.

2. Analizar la sección “Acerca de” o “About” del sitio: En los medios más confiables, esta parte de la página incluye datos importantes acerca del equipo, el financiamiento, la dirección donde funciona el medio, el contacto u otras características verificables. En aquellos sitios creados específicamente para difundir contenido falso, esta sección generalmente no existe o está incompleta.

3.Chequear los links y las citas: Es importante verificar las fuentes que tiene la noticia, si los vínculos que se indican como fuente no funcionan o redirigen a páginas que no están relacionadas con lo referido, el artículo ya es sospechoso y no debería compartirse. Para ello, buscar las citas mencionadas en Google u otro buscador, para verificar que efectivamente hayan sido declaraciones de las personas a quienes se les atribuye, puede ser una buena opción.

4. Desconfiar de URL´s similares a sitios conocidos: En varias ocasiones, una estrategia de los sitios que difunden noticias falsas es utilizar un vínculo bastante similar a otros portales conocidos. Esto lo hacen para confundir al lector y que éste difunda datos falsos.

5. Encontrar una fuente local y consultarla: Alguien que está en el lugar de los hechos puede proveer información crucial, y no se necesita ser parte de un medio con un corresponsal para poder hacer esto.

6. Realizar una búsqueda inversa de imágenes: en muchas ocasiones, el contenido engañoso hace uso de fotos fuera de contexto o que no se corresponden con las originales. Con sólo buscar esas imágenes en Google, se puede fácilmente desestimar una información que es presentada como cierta.

Tales consejos se resumen en uno: ante la duda, no difundir.

Aprender a desmentir una Fake News

Una vez que se identifica una noticia falsa o desinformación, aprender a desmentirla es todo un arte. El Instituto Poynter [5] publicó en 2015 una nota que indica seis consejos para desacreditar noticias falsas:

1. No se debe hacer daño Antes de comenzar a desacreditar, hay que asegurarse de que no se esten compartiendo rumores falsos. Evitar convertirse en una de las miles personas que dan crédito a un tweet falso al retwittearlo también.

2. Utilizar búsquedas personalizadas: Si se quiere determinar la certeza de algo, empezar con una búsqueda personalizada en Google que sólo se base en fuentes en las cuales uno confíe. La filtración de una búsqueda te ayudará a encontrar la verdad más rápido.

3. Comprobar la imagen: Si se usa Google Chrome, se puede arrastrar y soltar la foto en Google Images. De esta manera se comprobará si la imagen corresponde al hecho en cuestión.

4. Se recomienda tener un motor de búsqueda humana: es decir, ciertas personas con las que se pueda consultar para comprobar conclusiones. Los expertos a menudo están dispuestos a difundir la verdad; es muy probable que te respondan a un tweet destinado a desacreditar la información errónea en línea dentro de su campo de especialización.

5. Encontrar a alguien local que pueda proveer el contexto crucial: Si no se conoce a ninguno, Twitter no sólo propaga falsificaciones, sino que también cuenta con opciones de geolocalización, que pueden ser útiles para encontrar testigos. A través de estos canales, se pueden confirmar detalles simples pero cruciales, que ayudan a corroborar cualquier evidencia que ya se haya encontrado.

6. No esperar que se pueda alcanzar a todos: Se ha dicho que la desacreditación de las imágenes de los medios sociales es “un esfuerzo fútil y sin esperanza» similar a golpearse la cabeza contra una pared. La propagación de información falsa es un negocio real para algunos, y el verificador está luchando en una guerra desigual. Sin embargo, no es una causa perdida.

Legislación. Todos en contra de las Fake News

Combatir las fake news se ha convertido en uno de los retos del siglo XXI. Medios de comunicación, redes sociales, como canal de difusión, gobiernos europeos, y hasta en ocasiones los propios lectores se han propuesto luchar contra la desinformación en las redes sociales, a la vez que son víctimas, propulsores y distribuidores.

Medidas desde las redes sociales e Internet

Las propias redes sociales, utilizadas de forma aberrante para difundir bulos, noticias falsas e informaciones partidistas, se han visto en la necesidad de emprender medidas para contrarrestar el fenómeno. En marzo de 2017, el inventor de la World Wide Web Tim Berners Lee, exigió a las redes sociales y buscadores que realizaran cambios en sus algoritmos para evitar la aparición de las noticias falsas (World Wide Web Foundation, 2017). Una acción a la que al parecer se ha sumado Google, tras anunciar los cambios para impedir que las noticias falsas se cuelen en los primeros resultados de búsqueda.

El perverso papel de los algoritmos

Los problemas financieros, la falta de independencia, los intereses políticos, la escasez de recursos y la dictadura del clic, pueden suponer que el auge de las noticias falsas sea un error del sistema informativo fruto del mal ejercicio periodístico, sin embargo, son solo una parte del problema.

Ahora, quien domina el espacio público de la información, son los gigantes tecnológicos, como Google, Facebook y Twitter, empresas cuya función no es asumir la responsabilidad sobre la libertad de prensa.

Estas difunden la información de forma automatizada, a través de algoritmos sofisticados que “ponen en pie de igualdad el periodismo con cualquier otra información”.

Su éxito tecnológico se basa en hacer felices a las personas filtrando las búsquedas en función de los gustos y personalidades con los clics anteriores limitando la diversidad de puntos de vista y la difusión de informaciones fabricadas a medida.

Algunos datos para la reflexión:

  • De acuerdo con el diccionario Collins, el uso del término fake news se ha incrementado un 365 % desde 2016.
  • De media, un 46% de los ciudadanos de la Unión Europea siguió las noticias por redes sociales durante 2016.
  • SEIS de cada DIEZ noticias compartidas en las redes se transmiten SIN ser leídas previamente.
  • Una investigación de la Universidad de Standford ha demostrado que la mayoría de estudiantes jóvenes con conocimientos digitales tienen dificultades para identificar “fake news”.

Una advertencia: están las “fake news”, pero también está el mal periodismo. Y éste puede ser tan desinformativo, disruptor y dañino como aquellas; tengamos en cuenta que la calidad de la democracia de un país y la calidad del periodismo están estrechamente interrelacionadas.

Por tanto, no se dé fundamento a las noticias falsas, pero tampoco otorgar voz al periodismo de baja calidad.

Como todas las cosas importantes de la vida, no resultará fácil.

Fuentes

[1] PolitiFact  Es un sitio web de verificación de hechos que califica la exactitud de las afirmaciones de los funcionarios electos y otras personalidades públicas. Se trata de un proyecto operado por el Tampa Bay Times, en el que los periodistas y editores del Times y las declaraciones de los medios de comunicación afiliados comprueban las declaraciones de los miembros del Congreso, la Casa Blanca, lobbistas y grupos de interés.

[2] First Draft First Draft se formó como una coalición sin fines de lucro en junio de 2015 para crear conciencia y abordar los desafíos relativos a la confianza y la verdad en la era digital. Se dedica a mejorar las habilidades y estándares en la cobertura y difusión de información que surge online. Ofrecen asesoría práctica y ética sobre cómo encontrar, verificar y publicar contenido proveniente de las redes sociales.

[3] CELAG: Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica El Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG) es una institución dedicada a la investigación, estudio y análisis de los fenómenos políticos, económicos y sociales de América Latina, cuyo objetivo es elaborar saberes e instrumentos para entes decisores de políticas públicas, estrategias electorales o acciones sociales. hemos colaborado con debates y propuestas de políticas públicas que buscan ampliar los horizontes democráticos en América Latina.

[4] Chequeado.com: es el principal proyecto de la Fundación La Voz Pública. Es un medio digital no partidario y sin fines de lucro que se dedica a la verificación del discurso público y la promoción del acceso a la información y la apertura de datos. Chequea los dichos de políticos, economistas, empresarios, personas públicas, medios de comunicación y otras instituciones formadoras de opinión, y los clasificamos de “verdadero” a “falso” según su consistencia con los hechos y datos a los que se refieren.

[5]El Poynter Institute for Media Studies es una escuela de periodismo sin fines de lucro ubicada en St. Petersburg, Florida. La escuela es propietaria del periódico Tampa Bay Times. La escuela comenzó el 29 de mayo de 1975, cuando Nelson Poynter, el dueño y presidente del St. Petersburg Times (ahora Tampa Bay Times) y Times Publishing Company, decidió comenzar una pequeña escuela de periodismo llamada Modern Media Institute. Una década después se llamaría Poynter.

Varios puntos: Amorós Garcia, M. (2018). Fake News, la verdad de las noticias falsas. Barcelona: Plataforma Editorial

Varios puntos: World Economic Forum (es.weforum.org)