Prostituír a los medios públicos de comunicación. Una práctica cotidiana.

Por el Lic. Carlos Martín Unterstein

Refiriéndonos a los medios públicos de comunicación, específicamente a las radios y canales de TV de jurisdicción nacional y provincial administradas por un gobierno, existe una delgada línea entre su uso y abuso.

Como su nombre lo indica, y desde la esencia de la comunicación, los medios públicos son PÚBLICOS, es decir, propiedad en derecho de todos los conciudadanos que habitan el territorio argentino. Y la fundamentación es la siguiente: estos medios son bienes de un estado provincial o nacional que generan un gasto operativo en equipamiento y recursos humanos, gastos que son solventados por todos los habitantes que «mantienen» esas estructuras gracias al pago de sus impuestos, directos o indirectos.

Además, al ser un bien de los estados y no de un gobierno en particular, los presidentes o gobernadores de turno son simples administradores pasajeros de esos medios de comunicación. NO SON PROPIETARIOS DE ELLOS. Al no ser propietarios, no pueden utilizar esas radios o canales de TV con fines egoístas partidarios acordes a sus respectivas ideologías.

Y para no entrar en vanas polémicas, no me refiero a ningún gobierno en particular. Me refiero a TODOS LOS GOBIERNOS, SIN DISTINCIÓN DE BANDERA ALGUNA.

La prostitución de éstos medios públicos que se observa a través de los años, constituye una clara violación a la sana convivencia y a valores sociales. Al no ser dueños de estos medios, sino administradores de los mismos, los diferentes gobernantes siembran el odio y la división adrede. No se puede utilizar un medio oficial para degradar a otra bandería política por una causa esencial: ese medio, reitero, es solventado por todos los ciudadanos de diferentes ideologías. Y suena hipócrita e irrisorio desde el punto de vista de valores que una persona financie a un medio que ataca a su propia ideología.

Considero que esos medios públicos deben estar al servicio de la comunicación de cultura, educación, tradiciones y valores del bien común. NO PARTIDARIO.

Si se desea militar un medio transformándolo en partidario, existen los medios privados que son solventados con capital privado. Es inadmisible, en este caso en particular, transmitir ideología con dinero ajeno.

Por otro lado, al cambiar los gobiernos, cada administración coloca en esos medios públicos a periodistas, productores, directores y locutores afines a su propia ideología. Y eso constituye una doble prostitución del medio público. LOS MEDIOS PÚBLICOS DE COMUNICACIÓN SON UN BIEN DE TODOS, NO DE UNA FACCIÓN POLÍTICA PASAJERA.

Espero que este enfoque cambie algún día.